miércoles, 23 de diciembre de 2009

High Line Park (Meatpacking District, Nueva York)




Al fondo, alto bloque de pisos proyectado por Jean Nouvel












Hotel Standard, proyectado sobre el High Line Park por Todd Schliemann (Polshek Partnership, Nueva York).












"Grafitis" a los pies de la estructura metálica elevada reconvertida en un paseo o un parque longitudinal:






















Meatpacking District: en en suroeste de Manhattan, el antiguo barrio de los matederos, almacenes y distribuidores de carne fresca, formado por talleres bajos abandonados, con portalones y rejas metálicos, entre callejuelas de adoquines irregularmente colocados, hoy reconvertido en un centro de lujosas tiendas de moda y restaurantes en los que se paga para no comer, que no han logrado alterar el carácter dejado y desolado de las pocas manzanas deshabitadas.
A un lado, cerca del río Hudson, la oxidada estructura de hierro elevada de un tren de mercancías, en desuso desde los años 80, que serpentea en dirección al puerto donde se cargaban contenedores de carne congelada, en ocasiones por encima de las construcciones.
Salvada y restaurada por los arquitectos de Nueva York Diller y Scofidio, abriga el hermoso High Line Park.
Tres tipos de piezas prefabricadas de hormigón gris -rectangular, semejante a una traviesa, que cubre todo el suelo; en forma de pirámide truncada, que, permite que la vegetación crezca "espontáneamente entre las juntas abiertas en forma de peine; y semejante a una estilizada "z", que constituye la base de un banco, unido al suelo por la parte baja de la pieza, y formado por viguetas de madera -, fanales, matorrales y árboles calculadamente descuidados, que parecen brotar "natualmente" -como si hubieran crecido entre vías abandonadas-, y tumbonas de lamas de madera con ruedas metálicas que se desplazan por las vías preservadas, son los únicos elementos empleados en la reconversión. El estilo es austero; recuerda la forma de los objetos cotidianos de los pioneros puritanos.
El parque está aún en obras. La crisis económica ha frenado la restauración; por ahora, cubre una tercera parte de la longitud de las vías. Cuando se concluya, tendrá quilómetros de largo.
Pero ya permite descubrir el río Hudson gris-azulado, sobrevolar azoteas de ladrillos rojo oscuro y callejuelas intrincadas, como si de un extenso yacimiento arqueológico se tratara -restos de una colonia fundada cerca del mar-, y otear macizos torreones, pináculos neorrománicos que dibujan, en la lejanía, bajo un cielo frío, afilados perfiles montañosos.

http://www.thehighline.org/

Después de la Coulée Verte en el centro de París, cerca de la Bastilla -construída sobre una vía de tren elevada que se abre paso entre altos edificios de viviendas-, que ha servido sin duda de inspiración, uno de los mejores parques actuales, lejos de las absurdas "follies" de los años ochenta (Parque de la Villette de París, por ejemplo).





No hay comentarios:

Publicar un comentario