lunes, 21 de diciembre de 2009

Libeskind en Toronto













El Royal Ontario Museum, de Toronto, ha logrado por fin inaugurar la ampliación del edificio a cargo de Daniel Libeskind. Arruinado ha quedado (el museo despide personal, y no logra abrir salas aún vacías).
El edificio original, neo-clásico, posee una sucesión de salas de planta rectangular y paredes rectas; la nueva ala, de cristal (evoca un arisco glaciar), un entramado de espacios de afilada planta triangular, paredes inclinadas, tiras de fluorescentes en todos los sentidos (menos sobre las vitrinas), puentes, y pasos que siegan las salas (en las que se deberían disponer expositores con material arqueológico).
Presenta incluso un pasillo estrecho, ceñido por un murete, cuyo paso una pared blanca pronunciadamente inclinada, mantenida en la penumbra, corta abruptamente. Habitualmente, los niños quedan encastrados y se deben ser extraídos a duras penas.
Un buen aviso a los padres a quienes se les ocurre ir al museo con niños, dejándolos sueltos, además.
El arte grigo sigue en el edificio original. Las artes más "expresionistas" -africanas orientales, precolombinas"- se disponen como pueden en vitrinas al tuntún.
Nadie se aventura más allá de las salas neo-clásicas.





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