lunes, 13 de febrero de 2012

Las siete plagas (en una)




¿El tiempo edulcora las pesadillas?

Durante un día, ayer (y hoy amenaza de nuevo tormenta), regresó una de las siete plagas: el agudo de I love you iiiiiIIIIIIIIIiiuuu de Whitney Houston.

Los más jóvenes no lo recordarán, pero, hace veinte años, ninguna cristalería estaba a salvo cuando se encendía la radio o el televisor. Las fachadas de vidrio  se partían cuando circulaba un deportivo de pacotilla, ventanillas abiertas, con el radio-casette que atronaba. Más de un ciego echa las culpas al estallido del cristal de las gafas al pasar delante de las puertas de una tienda de un centro comercial.

Se cuenta que una de las torturas más refinadas del ejército norteamericano, solo reservada para los terroristas más encallecidos, consistía en encerrarlos en una celda insonorizada, poner el tema de El Guardaespaldas, y subir el sonido a todo volumen, junto a "canciones" de Bon Jovi.

Nada resistía. Todo se doblegaba. Fue el preludio de Operación Triunfo.
Aquel tema, y sus agudos trepanadores, lograron hacer buenos a Celine Dion, Mariah Carey, Barbra Streissand, Camilo Sesto, Raphael, no sé, Mireille Mathieu.

Quizá, ayer, todos los Kevin de España se hayan sentido parcialmente resarcidos.

Dicen que se duda dónde enterrar a Whitney Houston: no sea que, de la tierra removida, siga exhalando de día y de noche,, a través de las grietas, con mayor potencia si cabe, aquel taladrante aullido.

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