miércoles, 16 de enero de 2013

¿Adán o adán?

Adán es el primer humano, según la Biblia, en cualquier idioma actual. Bien se precisa que este nombre significa barro.
Sobre Adán recae la culpa del primer pecado -el pecado original-, trasmitido a todas las generaciones futuras.

El texto original del Génesis, en hebreo, indica, en una versión, que Yahvé modeló a "un" adán; en otra, que creó a un ser y lo hizo macho y hembra -no quedando claro si creó a un hermafrodita, a dos seres, hombre y mujer, o a dos géneros, los hombres y las mujeres; esta última opción sería la más convincente, ya que el texto dice, literalmente, que Yahvé creó a un (en sigular) adán, y los (en plural) hizo hombre y mujer. Se trata de uno de los textos más interpretados de la Biblia-.

En todos los casos, adán no es un nombre propio, sino un nombre común: designa al género humano. Por tanto, el texto debería decir: Yavhé creó a los humanos o al género humano. Eso explica que cuando Caín es expulsado del Paraiso y es condenado a errar toda la vida tras haber asesinado a su hermano Abel, Yahvé, sorprendentemente, le permita fundar la primera ciudad (o le invite a fundarla), para que, junto con todos los desterrados de la tierra, pudiera refugiarse en ella. La tierra, entonces, en los inicios, ya estaba poblada.
Por tanto, nunca hubo un primer ser humano; solo humanos modelados con barro (adamah) y destinados a cultivar la tierra bien regada (adamah).

La inexistencia del primer hombre acarrea la inexistencia del pecado original. Nadie fue el causante de esta mancha.
Por tanto, la encarnación de Jesucristo no tuvo razón de ser: Cristo se hizo hombre para lavar a la humanidad, para borrar la mancha o falta inicial. Con su muerte, Cristo, hecho un ser humano, asumió la muerte que recaía en la humanidad desde los inicios. Pero esta falta nunca se dio, porque nunca hubo "un" culpable.

Eso no significa, obviamente, que las razones que sustentan la encarnación sean erróneas; solo significa que se basan en una versión del Antigua Testamento, en latín, alejada del texto hebreo original. En este sentido, el Cristianismo sí es una religión que se desmarca, desde sus fundamentos,  del judaísmo, separación, posiblemente inintencionada, puesto que se apoya en una traducción errónea del Génesis en hebreo -traducción que constituye un texto bastante distinto: ni mejor, ni peor, sino sustentado en postulados distintos del texto en hebreo.

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