viernes, 12 de septiembre de 2014

NIKI DE SAINT PHALLE (1930-2002): CATHÉDRALES (1961-1962)











Serie Catedrales



Serie: Altares

Castillo de Gilles de Rais

Una exposicón antológica dedicada a la artista franco-norteamericana Niki de Saint Phalle, en el Grand Palais de Paris, hoy un tanto olvidada, va a permitir descubrir que, como también ha ocurrido con Joan Miró, su obra última -en este caso, centenares figuras infantiles coloristas de papel maché, tan agradables como inocuas- ha oscurecido una obra primigenia, violenta y vital, marcada por el descubrimiento de Gaudí, en Barcelona, y de los pintores y escultores (Rauschenberg, principalmente) expresionistas abstractos norteamericanos, cuyos principales temas son religiosos y sacrílegos, desde una obra dedicada a un antepasado suyo, el mariscal Gilles de Rais, violador de niños, hasta las seris de Altares, y de Catedrales, compuestas por un ensamblaje de diversos objetos de plástico, inspirado en Gaudí, precisamente, de los que colgaban bolsas llenas de pigmentos líquidos sobre los que disparaba con una carabina que al estallar, mancillaban las rugosas superficies.
Una artista a descubrir de nuevo.

4 comentarios:

  1. Este verano he podido ver en el Mamac de Niza algunas de las figuras de Saint Phalle llamadas Nanas y realmente están llenas de fina ironía, color, vitalidad, magia...quizá no son tan inocuas.
    Un saludo
    Violeta

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    1. Algunas Nanas, en efecto, son poderosas y nada anodinas o inocuas. otras, más pequeñas, de las que existen centenares de ejemplos, se acercan más al decorativo mundo del bibelot, me parece.
      Pero cuando Niki de Saint Phalle era grande, producía obras turbadoras; e irónicas.

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  2. Es cierto, la artista de la escopeta! Gracias por mostrarnos su primera obra. Es muy inquietante.

    Con las Nanas posteriores cambió radicalmente de registro, y es verdad que algunas de las grandes desprenden mucho sarcasmo aunque no lo parezca a primera vista, no son nada inocuas; muy inofensivas, en cambio, las de tamaño reducido.

    Es curioso porque a Botero le ocurre al revés; sus esculturas de tamaño reducido o medio son las verdaderamente irónicas y turbadoras.

    Saludos.

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    1. ¡Es cierto! las estatuas pequeñas de Botero -como las de Oteiza, por cierto- son mucho mejores que las grandes, hinchadas, al contrario de lo que ocurre con las Nanas, muñecas si son pequeñas, figuras turbadoras cuando son excesivas.
      Muchas gracias por la observación

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