lunes, 1 de enero de 2018

Dos "maquetas arquitectónicas" romanas poco conocidas


(Museo de Jávea, España)


Museo Egipcio, Turín (Italia)

Fotos: Sergio Rubira / Bet Cantallops

La expresión "maqueta arquitectónica" para designar objetos de la antigüedad es seguramente un abuso o una metáfora.
Los constructores de la antigüedad posiblemente realizaran maquetas. Aunque las palabras latinas, griegas, sumerias, que se traducen por maqueta, tienen otros significados (todos relacionados con la representación arquitectónica, ciertamente), como plano, planta, o memoria descriptiva, amén de maqueta, y es difícil o imposible saber a qué tipo de objeto se refieren los textos antiguos, y aunque se sabe que los constructores griegos apenas trazaban planos -tan solo detalles ornamentales (una voluta, un fragmento de capitel, la base de una columna) a escala 1:1 dibujados sobre el propio bloque de piedra o de mármol en la obra- sino que realizaban maquetas y redactaban memorias, estos objetos, posiblemente de madera, que debían modificarse durante la construcción, no se han conservado. Se han hallado algunas pocas maquetas, seguramente de trabajo, de piedra, que debían servir de referencia durante la obra, sobre las que se anotaban los cambios a lo largo del proceso constructivo. Se han encontrado también maquetas votivas, ofrendadas por los constructores a los dioses, o depositadas en tumbas como signo del talento del arquitecto.

Pero, la mayoría de las llamadas maquetas arquitectónicas son objetos votivos en forma de edificio, toda vez que existe una relación entre la imagen y el uso del objeto. A menudo, esas maquetas eran incensarios o altares domésticos en forma de templo o de capilla, o eran protectores mágicos del hogar en forma de casa -un tipo de objeto o amuleto que aun hoy existe, como veremos en otra ocasión. 

Aquí mostramos dos maquetas" romanas, halladas en los museos de Jávea (Valencia) y de Turín (Museo Egipcio). La maqueta de un arco triunfal es posiblemente un ornamento arquitectónico, un remate en forma de arco a fin de atraer la benevolencia del cielo, mientras que la maqueta de un campamento romano flanqueado por torres de vigía, hallada en Egipto, es un objeto litúrgico conteniendo perfumes o plantas aromáticas utilizadas en el culto practicado, posiblemente, un un fuerte militar, o que servía para pedir, en un templo, la buena suerte para aquella instalación militar.
La maqueta, en esos casos, servía a modo de recordatorio, para que el edificio aludido pudiera preservarse. La maqueta y el edificio coincidían. Aquella sustituía al modelo representado, puesto así en contacto permanentemente con la divinidad.
De algún modo, ésta es siempre la función de una maqueta arquitectónica: anticiparse a la realidad, y preservar ésta de la incuria.

Agradecimientos a Sergio Rubira (sub-director del IVAM de Valencia) y a la arquitecta Bet Cantallops por esos hallazgos y la información gráfica y textual brindada.

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