jueves, 25 de abril de 2024

La villa de otro mundo








































Fotos: Tocho, Stabiae, abril de 2024


 La villa de San Marco, en Estabia, en la bahía de Nápoles, escasamente visitada, fuera del circuito más habitual entre Nápoles y Sorrento, una de las mayores y más hermosas villas pompeyanas, presenta la estructura habitual de una gran villa de recreo  patricia romana del siglo I aC, abierta hacia las vistas de la bahía, mientras el amplio jardín del peristilo mira hacia las frondosas colinas circundantes.

La villa fue arruinada por la erupción del volcán Vesubio a principios del siglo I aC.

En perfecto estado de conservación, los frescos de las paredes incluyen cuadritos con vistas de arquitecturas fantásticas, casi siempre acuáticas, o flotando sobre las aguas, entre seres de otro mundo, seres alados o mitológicos. El conjunto encuadra escenas del otro mundo que se perciben a través de ilusorias ventanas, que permiten que los seres de ese mundo ideal o de otro tiempo puedes asomarse al interior de la villa y protegerla. La villa de este mundo se abre a villas de un tiempo antes del tiempo, adquiriendo así la cualidad de las moradas de los héroes.


miércoles, 24 de abril de 2024

Purgatorio







 

Fotos: Google Imsges.

Se prohíbe tomar fotos, soborna que las almas se revuelvan 







Fotos: Tocho, Nápoles, abril de 2024


El purgatorio existe. Lo hemos visto. Y hemos descendido. Acceden vivos y muertos. Se encuentra en el casco histórico empedrado, de suelo negro y resbaladizo, pulido por tantos pasos arrastrados, de Nápoles. 

La iglesia barroca (as.XVII -XVIII)  de Santa Maria de las Almas en el Purgatorio es la más fantástica recreación de los estratos celestes. Se trata de dos iglesias superpuestas. Una primera, a pie de calle, y una segunda, subterránea, del mismo tamaño que la anterior, ubicada exactamente debajo de aquélla.

Una empinada y angosta escalera desciende recta a la izquierda de la puerta de acceso, tuerce en ángulo recto, y tras un breve recorrido desemboca en una nave poderosamente lóbrega, en la penumbra, en cuyo centro destaca una tumba subterránea, y un altar siniestro. A la izquierda, nuevamente, un pasillo que zigzaguea, muere en un camposanto cubierto . A lado y lado tumbas cubiertas de tierra. Sobre algunas, una flor depositada. En los muros desconchados, nichos u hornacinas, con estantes, exponen huesos y calaveras, en compañía de toda clase de ofrendas y ex-votos: velas, escritos, fotografías, rosarios, estatuillas de vírgenes, un despliegue mustio y polvoriento sobrecogedor. Algunas fotografías son muy recientes. Lazos, flores, rosarios coronan o rodean alguna calavera. El aire es húmedo, falto de aire. La tierra negra. Un retablo de nichos saturados de ofrendas, fragmentos de huecos y de cráneos, y calaveras, preside la sala. Algunas velas eléctricas echan una luz turbia en un espacio en blanco y negro. 

El purgatorio, al que se desciende, fue construido para dar culto a las almas de los difuntos enterrados, que velan, desde el más allá en el que esperan y se lamentan, sobre los vivos, y atienden a sus plegarias. Por debajo del purgatorio, un nivel aún más hondo: un osario.

Cada día firmes acuden a honrar y a suplicar a las almas del purgatorio, del que se asciende para encontrarse con una gran calavera esculpida en mármol que nos anuncia que no existe escapatoria.

Pocas veces el barroco ha desplegado una imagen del más allá tan imaginativa y sobrecogedora. Quizá tan certera si el más allá existiera. Desde luego un espejo del más acá. 


lunes, 22 de abril de 2024

Guerra

 “¡En qué bribones y rufianes se vuelven los hombres en la guerra! Es bueno que los caballeros hablen de la época de la caballería; pero recuerden a los brutos hambrientos a quienes guían: hombres criados en la pobreza, enteramente ignorantes, obligados a enorgullecerse de sus actos de sangre, hombres que no pueden divertirse más que en la embriaguez, el libertinaje y el saqueo. Es con estos impactantes instrumentos que vuestros grandes guerreros y reyes han estado haciendo su trabajo asesino en el mundo; y mientras, por ejemplo, en este momento admiramos al "Gran Federico", como lo llamamos, y su filosofía, su liberalidad y su genio militar, yo, que le he servido y he estado, por así decirlo, detrás de las escenas que componen ese gran espectáculo, sólo puede mirarlo con horror. ¡Cuántos elementos de crimen humano, miseria y esclavitud forman esa suma total de gloria! Recuerdo cierto día, unas tres semanas después de la batalla de Minden, y una granja en la que algunos de nosotros entramos; y cómo la vieja y sus hijas nos sirvieron, temblando, vino; y cómo nos emborrachamos con el vino, y al poco tiempo la casa estaba en llamas; y ¡ay del desgraciado que después volviera a casa para velar por su casa y sus hijos!”


“Such knaves and ruffians do men in war become! It is well for gentlemen to talk of the age of chivalry; but remember the starving brutes whom they lead--men nursed in poverty, entirely ignorant, made to take a pride in deeds of blood--men who can have no amusement but in drunkenness, debauch, and plunder. It is with these shocking instruments that your great warriors and kings have been doing their murderous work in the world; and while, for instance, we are at the present moment admiring the 'Great Frederick,' as we call him, and his philosophy, and his liberality, and his military genius, I, who have served him, and been, as it were, behind the scenes of which that great spectacle is composed, can only look at it with horror. What a number of items of human crime, misery, slavery, go to form that sum-total of glory! I can recollect a certain day about three weeks after the battle of Minden, and a farmhouse in which some of us entered; and how the old woman and her daughters served us, trembling, to wine; and how we got drunk over the wine, and the house was in a flame, presently; and woe betide the wretched fellow afterwards who came home to look for his house and his children!”


(William Makepeace Thackeray: Barry Lyndon, IV) 

Novela escrita en 1844







domingo, 21 de abril de 2024

Clarete

 


Meridiano

Texto sobre la obra de dos fotógrafos en una exposición actual en Barcelona.

Vamos a ver si con la décima lectura….


Libros imprescindibles para un estudiante de arquitectura (y un arquitecto)

Se están reformando los planes de estudios de arquitectura, sobre todo de los últimos cursos, para dar paso a talleres de proyectos, y a nuevos masters de arquitectura.

Se aconsejan textos que recorren épocas y culturas. He aquí una lista sugerida en algún curso de la escuela de arquitectura de Barcelona:


Gudea (2100 aC): Cilindros A y B. Madrid: editorial Trotta, 2013


Anónimo: Himno homérico a Apolo (s. VI aC), Himnos homéricos. Madrid: Cátedra, 2005


Anónimo: Libro de les Reyes 1. Numerosas ediciones 


Platón (s. IV aC): La República. Diálogos IV. Madrid: Gredos, 2020


Anónimo (s. V dC): Manasara. 

No existe traducción en español o catalán de este tratado de arquitectura hindú, con sorprendentes relaciones con el tratado de Vitrubio. Una edición original con traducción inglesa: Architecture of Manasara (Original Sanskrit Text with English Translation and Notes) (Set of 3 Vols). SAB, 2012


Abû-I-Hasan al Nûri (s. IX): Moradas de los corazones. Madrid: Trotta, 1999


Tachibana Toshitsuna (s. XI): Sakuteiki (Recuerdos del diseño de jardines). Tokio: Hirakawa-cho1976. Edición inglesa. No existen ediciones en español ni en catalán 


Li Jie (s. XII): Yingzao Fashi (Tratado de métodos arquitectónicos). No existen traducciones.

 El texto íntegro solo se encuentra en chino. Pero merece consultar: Jiren Feng: Chinese Architecture and Metaphor: Song Culture in the Yingzao Fashi Building Manual (Spatial Habitus: Making and Meaning in Asia's Architecture). Hawai University Press, 2012


Santiago de la Voragine (s.XIII): Tomás. La leyenda dorada. Madrid, Alianza editorial, 2016


Cristina Pizan (s. XIV): La ciudad de las mujeres. Madrid: Siruela, 2024


Teresa de Jesúa (s. XVI): Las moradas o el Castillo interior. Varias editoriales 


Emile Zola (s. XIX): En el paraíso de las damas. Madrid: Alba, 2013


Émile Verhaeren (1895): Las ciudades tentaculares. Edición solo en francés. París: Gallimard, 1982


Paul Scheerbart (1913): Lesabendio. Editorial Traspiés, 2014


Uriel Birnbaum (1924): El Rey el el arquitecto.

Existe solo la primera edición en alemán. 

No ha sido reeditado ni traducido. Se puede leer legalmente en archivos que ponen el texto al alcance del lector por internet . No se puede imprimir, pero leer legalmente en pantalla.


Virginia Woolf (1929): Una habitación propia.  Austral, 2016


Martin Heidegger (1951): Construir, habitar, pensar. Oficina de ediciones, 2015


Erwin Panofsky (1957): Arquitectura gótica y escolástica. Madrid, Siruela, 2007


Gaston Bachelard (1960): La poética del espacio. México: Fondo de cultura económica, 2000


Hassan Fathy (1970): Arquitectura para los pobres. Madrid: Ediciones Asimétricas, 2021


Annie Ernaux (1965): El lugar. Barcelona: Tusquets, 2020


Roland Barthes (1976-1977): Cómo vivir juntos. Siglo XXI Editores, 2020


Vincent Scully (1979): The Earth, The Temple and the Gods. Yale University Press

Novela

 Martes que viene Barcelona (y otras muchas ciudades) volverá a ser pasto de una nueva feria de vanidades, el temible supuesto amor por los libros.

Amén de buenos textos actuales (novelas, ensayos, poemarios), papeles de autoayuda, sagas de castillo y mazmorra, novelas-que-terminan-en-serie (todo un nuevo género que arrasa), indigentes e indigestas memorias políticas y recetas de cocina, quizá pueda colarse una lista de grandes novelas (por orden alfabético) -textos libres de derechos ya, casi siempre, de los que existen numerosas ediciones en diversas lenguas-, desde el siglo XVIII:


AUSTEN, Jane: Orgullo y prejuicio

AUSTEN, Jane: Sentido y sensibilidad

BALZAC, Honoré: El sobrino Pons 

BALZAC, Honoré: La prima Bette

BALZSC, Honoré: Las ilusiones perdidas

BORGES, Jorge Luis: Aleph

BORGES, Jorge Luis: Ficciones

BRÖNTE, Emily: Cumbres borrascosas 

CAMUS, Albert: El extranjero

CAMUS, Albert: La peste

CARROLL, Lewis: Alicia en el País de las Maravillas

CERVANTES, Miguel: El Quijote, segunda parte

CERVANTES, Miguel: Novelas ejemplares 

CLARÍN, Leopoldo “Alas”: La Regenta

CHEJOV, Antón: Cuentos

CHODERLOS DE LACLOS, Pierre: Las relaciones peligrosas 

DEFOE, Daniel: Robinson Crusoe

DICKENS, Charles: Casa desolada

DIDEROT, Denis: La religiosa

DOSTOÏESKI, Fiódor: Crimen y castigo

FAULKNER, William: Mientras agonizo

FLAUBERT, Gustave: La educación sentimental 

FLAUBERT, Gustave: Madame Bovary

FOURNIER, Alain: El gran Maulnes

GRACQ, Julien: El mar de las Sirtes

GRIMM, Jacob y Wilhem: Cuentos

HARDY, Thomas: Tess de Uberville

HUGO, Víctor: Los miserables

HUGO, Víctor: Nuestra Señora de París

JAMES, Henry: La trágica musa 

JAMES, Henry: Retrato de una dama

KAFKA, Franz: la Metamorfosis 

MANN, Thomas: La montaña mágica 

MAUPASSANT, Guy de: Cuentos

MÚJICA LAINEZ, Manuel: Bomarzo 

PASSOS, John dos: Manhattan Transfer 

LAFORET, Carmen: Nada

PÉREZ GALDÓS, Benito: Fortunata y Jacinta

PROUST, Marcel: A la búsqueda del tiempo perdido (7 volúmenes. Recomendables los tres primeros: Por el camino de Swann, A la sombra de las muchachas en flor, El lado de Guermantes, y  el último: El tiempo recobrado)

SÁNCHEZ FERLOSIO, Rafael: El Jarama

SCOTT FITZGERALD, Francis: El gran Gatsby

SEGARRA, Josep María de : Vida privada

STENDHAL: La cartuja de Parma

STENDHAL: El rojo y el negro

STERNE, Laurence: Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy

SWIFT, Jonathan: los viajes de Gulliver 

THACKERAY, William Makepeace: Barry Lyndon

THACKERAY, William Makepeace: La feria de las vanidades

TOLSTOI, León:Anna Karenina

TOLSTOI, León: Guerra y paz 

UNAMUNO, Miguel: La tía Tula 

VALLE INCLÁN, Ramón: Tirano Banderas

WILDE, Oscar: El retrato de Dorian Gray

YOURCENAR, Marguerite: Memorias de Adriano

ZOLA, Émile: En el paraíso de las damas

ZOLA, Émile: Nana 


Una lista canónica, no exhaustiva, con ausencias, sin duda, que solo corresponde a novelas disfrutadas. No es ningún canon.

Quedan fuera textos clásicos, y géneros literarios que no pertenecen al género de la novela, y que sin embargo pueden ser algunos de los mejores escritos de la historia como los relatos épicos Elnporma de Gilgamesh, de Sin-leqi-unninni, La Iliada, de Homero, la tragedia Las Traquinias, de Sófocles (el mejor texto teatral), el diálogo Fedon, de Platón, el texto místico anónimo El libro de la sabiduría, el relato mitológico Las Metamorfosis, de Ovidio, el poema El infierno de Dante, los poemarios Diwan, de Hafez, y Las flores del mal, de Charles Baudelaire, o las tragedias Otelo, de William Shakespeare, La vida es sueño, de Calderón de la Barca, o Fedra, de Racine

sábado, 20 de abril de 2024

La crítica del juicio


 

Como si fuera fácil, posible o incluso deseable. Debemos (es un deber, un imperativo que cumplir, sin esperar beneficio o recompensa algunos) esforzarnos -y el esfuerzo ya es un signo de la anormalidad de la situación- en juzgar obras de arte sin tener prejuicios, acercándonos a la obra sin orejeras, o dejando que la obra se acerque a nosotros sin que levantemos barreras.

Un dibujo de arquitectura a tinta. El trazo nervioso, a mano. Habilidad en la utilización de la línea y la mancha para evocar volúmenes: un juego de luces y sombras, de vacíos y llenos, de planos y de volúmenes. Destreza en la representación sintética de una columnata, en el fondo, con los fustes iluminados, pero desmaterializados, destacando de la penumbra densa, casi material o palpable. Inteligencia en el recurso de un amplio vacío ante un volumen retrotraído hacia el último plano..Perspectiva vertiginosa. Disimetría, que no desequilibrio. Evocación lograda de la Roma imperial, hubiera o no existido. Recreación de lo que pudo haber sido , o de un sueño. 

Un apunte diestro de un artista con conocimientos de arquitectura, o de un arquitecto hábil en el dibujo; desde luego, con conocimientos de la arquitectura romana, y con capacidad de evocarla con escuetos -sintéticos- recursos. Un dibujo que evoca la majestuosidad, el carácter inquietante, casi inhumano de dicha arquitectura: la masa negra del pórtico o de la Estoa que “avanza” o se interpone  a la derecha, evitando la “fuga” visual, y obliga a una mirada ladeada sin olvidar la centralidad de la composición, así lo revela.

Mas, ¿qué diríamos si supiéramos el nombre del autor del dibujo -y de lo que representa, aunque tan solo el nombre…? ¿”Debemos” saberlo? 


Agradecimientos al arquitecto e investigador David Mesa (escuelas de arquitectura de Barcelona y de Karlsruhe)  por la comunicación de este dibujo y por las preguntas incómodas suscitadas